viernes, 25 de mayo de 2018

25/05/2018: Ambiciones que matan y el Demonio de la Guarda


Hace pocos días Enrique Valiente Noailles, actual subcampeón de Ajedrez del Jockey Club, escribió en un comentario:
"Llevo dos derrotas pintadas bellamente al óleo para esa eternidad que debe estar reservada al ajedrez en algún lado. Espero merecer la carbonilla de algún triunfo!"
No tengo claro qué significa la frase "merecer la carbonilla". Fritz, empacado conmigo por alguna cosa, ya no contesta preguntas, aunque doy por seguro que de esto no sabe nada. El DRAE me dijo cosas que ya sabía, nada que ver con condecoración o algún sinónimo. El mismo Google, que encuentra agujas en cualquier pajar, me contestó no sé qué pavadas de gasolinas y motores. 

Pero la misión estaba clara, debía encontrar partidas de Enrique que "merecieran la carbonilla", por más que no supiera el significado del término debía buscar carbonillas en partidas ganadas por él.
1.b4 o Apertura Polaca, también
llamada "Orangután"

La primera partida ganada que me llamó la atención fue la que jugó con negras en Ronda 3, enfrentando a Jorge Ocantos Estrugamou. Era una partida que transitaba por caminos varias veces recorridos porque todos sabemos cuál es la apertura favorita de Jorge, a la figura me remito.

La partida era pacíficamente tranquila e igualada. Ya cuando quedaron sólo las piezas mayores y peones iguales, todo sólidamente defendido por ambos lados, era tablas por todos
J. Ocantos Estrugamou : E. Valiente Noailles
luego de 44...Td6
lados. Pero entonces se llegó a la jugada 44...Td6 del negro [ver diagrama]. Fue en ese momento cuando el blanco, que parece que ambicionaba alguna cosa que no fuera tablas, jugó 45.Tc5?. En esa posición existe una y solo una jugada ganadora, y Enrique la encontró: 45...Ta7, y se pierde una torre blanca sí o sí. Siguió 46.Dc8 bxc5 ... 0-1.


Ambiciones que matan. Carbonilla no sé si tan merecida pero bien llovida y mejor aprovechada.

Jorge Ocantos Estrugamou 0:1 Enrique Valiente Noailles
(Ronda 3)
En Ronda 6 encontramos una segunda "carbonilla" en una partida electrizante de cabo a rabo, con una jugada tan inexplicable que debo preguntarle al autor, José Castiglione con blancas, cuál fue el demonio de la guarda que se la dictó.





J. Castiglione : E. Valiente Noailles
luego de 8.Rxf2
Un Contra Gambito Albín, explica Garbarino. Y el blanco es sorprendido y queda en posición prácticamente perdida luego de 8.Rxf2 [ver diagrama].
-¿Qué debería jugar aquí el negro, amigo Fritz? 
-Ni pienso contestarte, ahora que trajiste al Blog a ese tarado, el pescado muerto.
Se refiere a su eterno competidor, que se llama Stockfish, su figura a la izquierda.  Que para desgracia de mi amigo es considerado por muchos como el mejor motor de ajedrez.
-Ah, sí? Entonces explicame cómo fue que perdió 28 a 0 contra ese programa Alphazero que hizo Google hace poco, sin contar las 72 tablas. 
-Que yo sepa todavía no te animaste a jugarle al nuevo monstruo. Pero vos sos mi amigo, Fritz. ¿Qué debe jugar el negro ahora para sacar gran ventaja? 
-Ni te lo pienso decir. Preguntale al pescado muerto. 
-Bueno, me obligás, que conste. Debo ir al símbolo que está abajo a la izquierda y hacer clic sobre él. Veamos qué secuencia recomienda [ver diagrama animado]. 
-Elemental, Watson: 8. Rxf2 Dh4+ 9. g3 Dd4+ 10. Rg2 Dxb2+ 11. Ce2 Dxa1. 
-Tarde piaste, Fritz, ya nos lo dijo tu pescado muerto, Stockfish. 
-Tarde pió el pescado porque tu Maestro de la Sala fue el primero en decirlo.
Bueno, espero que mi amigo se calme. Enrique no jugó la mejor y luego de 8...Dxd4+ 9.Re1 Dxb2 10. Ac3 quedó inferior, (+1.37) dice Stockfish.

El avance de la partida siguió siendo favorable al blanco, hasta llegar a la jugada 33...Td4 del negro [ver diagrama].
-Estoy viendo esa flechita, no puedo creer que el blanco haya jugado...
Buena señal, Fritz me está hablando otra vez.
-Creelo o no, Castiglione jugó aquí 34.T2e4??. 
-Y pasó de (+3.50 a -5.00). ¿Qué le pudo haber pasado que entregó torre y partida? 
-Debe ser algún maldito Demonio de la Guarda. 
Bueno, otra carbonilla bien sorpresiva. Enrique, que suele aplicar el adjetivo de partidazo a muchas de sus vibrantes partidas, quizás coincida conmigo que en este caso el mejor adjetivo es que ligó un regalazo

José Castiglione 0:1 Enrique Valiente Noailles
(Ronda 6)

2 comentarios:

  1. Así como lo sugiere la expresión “My kingdom for a horse!”, célebre línea que Shakespeare pusiera en boca de Ricardo III, yo entrego frecuentemente mi modesto reino por una metáfora.

    Sólo para no dejar la incógnita flotando, la explico apelando también a Google: “La carbonilla es una barra de carbón de origen vegetal que se utiliza para dibujar. Es un pigmento no graso, por tanto no tiene buena fijación al papel.”

    A bellas derrotas, dignas de una pintura al óleo, imaginaba la posibilidad de bosquejar algún triunfo, al menos mediante trazos a la carbonilla, que como señala la frase anterior, no aspiran a la eternidad, dado que no se fijan largamente al papel.

    Bueno, veo que esos trazos han sido dibujados. En ambas certeras descripciones se observa a mis estimados contrincantes empeñados en regalarme torres. Lo cual no objeto y aún más, podría servir de inspiración a Carlitos Cavallo para pasado mañana!

    Gracias Hernán! Abrazos!

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  2. Tiene razón mi amigo Enrique en que lo que dice sobre la palabra carbonilla. Puede ser que se sorprendan cuando sepan que yo mismo utilicé esa palabra cuando fui Salvador Dalí. Fue en 2007, cuando escribí un cuento -no sé si lo saben pero soy cuentista en ratos libres- llamado Memorias Imaginarias de Salvador Dalí: Mis desencuentros con Sigmund Freud. No resistí la tentación de compartirlo con ustedes. Lo encuentran en una nueva sección del Blog llamada Miscelánea. Comienza así:

    Desde muy joven tuve claro que yo era un genio. Aunque no me imaginaba cuán lejos llegaría. Cuando yo era un joven veinteañero admiraba como más grande a otro genio, Pablo Picasso. Un español como también yo, un pintor como también yo, un comunista como tampoco yo. Pero el mismo Picasso, estoy seguro, se dio cuenta al fin de sus días de que el genio mayor era yo, Dalí. Por suerte para la pintura y para el siglo.

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